Entré a mi casa. Iba a hacer la comida, pero no había pan así que salí a comprar el pan.
Entré a la panadería y ¿Por qué estaba allí? Era lo peor que me podía pasar. Me puse en cola tras ella. Se giró y me vio.
- Ah, hola. – Me dijo.
Yo no le contesté, seguí seria. La miré por un instante y aparté la vista.
- Eh, que soy Helen, ¿no me recuerdas?
Soplé fuerte y levanté las cejas.
- No tengo amnesia. – Le dije seria.
- Bueno, tampoco te pongas así, chica.
- ¿Qué no me ponga así? Va, olvídame de una vez.
- Pero que no he hecho nada malo, joder. Eres una borde.
- ¿Borde? ¡¿BORDE?! Soy borde con quien se lo merece, simplemente.
Aparté la vista, era un incordio de chica.
- ¿Estás diciendo que me merezco que seas borde conmigo? A ver, dime un motivo solo.
- Ahora parece que la que tiene amnesia eres tú, por lo visto. ¿No recuerdas un día por la noche cuando abrazaste a Zayn y le decías “cariño, cielo” delante de mis narices? De verdad, olvídame ya.
- Como quieras. Pero lo que hice no es nada malo.
- No, tranquila, que va. Va, déjame en paz. A mí y a Zayn. Olvídanos de una maldita vez.
- El siguiente, ¿Quién va? – Dijo la panadera.
Helen le contestó. Cuando ya había pagado se giró, me miró con cara de asco y yo le sonreí. Ella se cabreó y salió de la panadería.
- Sí, una barra de pan, por favor. – Le dije a la panadera.
Me dio el pan, le pagué y me salí. Cuando cerré la puerta desde fuera estaba allí, pero no precisamente para hablar. Sí, me pegó un puñetazo que casi me tira al suelo. Yo reí. Levanté la mirada y se lo devolví.
- De nada. – Le dije sonriendo mientras me iba.
- ¡Imbécil! – Oí que me gritaba.
Pero yo ni siquiera me di la vuelta. Seguí caminando. La verdad, me había dolido el puñetazo que me había dado, pero hice como si nada. Llegué a casa y me miré al espejo. Me salía un poco de sangre del labio y algo de la nariz, pero me lavé. Me seguía saliendo sangre, pero me daba igual, sinceramente.
¡TOC, TOC! La puerta. Abrí la puerta. Era Emma, intenté disimular lo del labio.
- María.. ¿se puede saber que te ha pasado en el labio? – Pues se dio cuenta.
- No me ha pasado nada, Emma..
- Ya, claro. Por eso tienes sangre, ¿no? Va, explícamelo, ya.
- De verdad, no tiene importancia.
- Claro que la tiene.
- Pues que me encontré a Helen en la panadería.
- ¿Helen? ¿Esa no es la ex de Zayn?
- Sí. Bueno, y discutimos y cuando salí me pegó, pero no tiene importancia, yo se lo devolví, así que déjalo.
- No, no lo pienso dejar. Esto no queda así.
Vi como estaba buscando algo. Era mi móvil ya que cuando lo vio lo cogió.
- Emma, ¿Qué estás haciendo?
- Nada, déjame hacer.
- Pero Emma..
- ¿Zayn? Soy Emma, ¿te importaría venir a casa de María? Es urgente.
- EMMA, ¿SE PUEDE SABER QUE HACES?
- De acuerdo, te esperamos aquí. Adiós. – Colgó. - ¿Cómo que qué hago? ¿No lo ves? Se lo voy a contar a Zayn.
- ¿Pero que dices? No. No quiero que lo sepa.
- María, se va a acabar enterando. Ya sea por revistas, televisión o porque se lo diga alguien.
- Me da igual.
Pasaron 5 minutos y llamaron a la puerta. Sería Zayn. Fue Emma a abrir y sí, era Zayn. Yo agaché la cabeza.
- ¿Qué pasa? – Dijo Zayn preocupado.
- Siéntate, por favor. – Le dijo Emma.
Se sentó a mi lado, yo levanté la cabeza.
- ¿Qué te ha pasado en el labio? – Dijo cogiéndome con una mano de la barbilla.
- Nada, de verdad. No importa.
- Sí, Zayn. Sí pasa. Tu ex le ha pegado al salir de la panadería.
- ¿Cómo? ¿Qué Helen te ha hecho esto? Esto no se queda así. ¿Y se puede saber por qué?
- Bueno, me la encontré en la panadería y ella iba delante de mí, me dijo hola a lo que yo no contesté, yo intentaba evitarla y al salir pues.. eso.
- Está loca. Le voy a dejar las cosas claras, a esta imbécil.
- No, Zayn. De verdad, no tiene importancia. Yo se lo devolví.
- Sí, sí la tiene. Es que me da igual, esta se va a cagar. – Dijo mientras se levantaba del sofá.
Yo intenté detenerlo, pero no pude.
- Emma, te dije que no era buena idea, joder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario