CAPÍTULO 2.
Me sonaba de algo, pero no sabía de qué.. ¡Claro! ¡Ya lo tengo! El grupo ese que tanto le gusta a mi hermana, sí, era uno de ellos.
Pero entonces se acercó a mi oído. Me puse muy nerviosa y cada centímetro que se iba acercando a mí hacía que cada parte de mi cuerpo se erizara.
- Creo que tenemos para rato. – Me dijo mientras se le escapaba una pequeña risita cogiendo mis muñecas a la vez haciéndome apartar un poco de él.
Me sentí idiota. En vez de apartarme de él me quedé mirando esos ojos que me hipnotizaban, ¡y a saber con que cara! Me quedé paralizada, a lo que él se dio cuenta.
- ¿Estás bien? – Me dijo con sus manos sobre mis hombros.
Le sonreí y asentí. Me moría de vergüenza ¡dios!
- Será mejor que nos sentemos y hablar porque va a ser un rato largo. – Dijo con una pequeña sonrisa en la cara.
Vale, sí, me gustaba, me gustaba mucho.
Me senté a su lado y él soltó una de mis muñecas. La otra iba bajando hasta cogerme de la mano con fuerza. Yo no entendía muy bien por qué me apretaba. Cuando se dio cuenta la soltó de inmediato, parecía avergonzado y muy nervioso. Se mordió el labio y.. ¡Oh dios, que ganas de besarle..!
- Em.. Soy Zayn, encantado. – Dijo extendiéndome la mano.
- Lo sé, mi hermana es una gran fan tuya. Yo soy María, igualmente. – Dije muy nerviosa.
- ¿Y tú?
- ¿Y yo qué?
- ¿No eres fan nuestra?
- Pues no. He escuchado alguna de vuestras canciones. – Se me escapó la risa tonta.
- ¿En serio? ¿Y que te ha parecido? – Me dijo con cara de sorpresa.
- Pues que cantáis muy bien. – Le dije roja como un tomate.
- Muchas gracias. – Dijo sonrojándose.
Nos quedamos un momento en silencio, pero entonces él..
- Baby you light up my world like nobody else.. – Empezó a cantar.
- The way that you flip your hear gets me overwhelmed.. – Me uní a él, pero me moría de vergüenza y solo cantaba y le sonreía al suelo.
- Cantas muy bien.. ¿Te la sabes?
- Claro. Te dije que había escuchado algunas canciones, ¿ya no te acuerdas? – Dije con una sonrisa en la cara. Nos miramos y empezamos a reír.
- Perfectamente. – Dijo él.
De repente me miró, fijó su mirada en mí.
- ¿Por qué me miras así? – Dije yo sonrojada.
- Por qué eres preciosa.
¡Dios! ¡Pero que vergüenza!
Noté como él se iba acercando más y más a mí. Finalmente, noté como sus labios rozaban los míos. Hasta que se ese rocé se convirtió en un beso largo y apasionado. Nos separamos mientras yo le acariciaba la cara.
- Lo siento, de verdad. Lo siento. – Dijo él avergonzado.
- No lo sientas yo lo he seguido, y me ha gustado. – Dije sonriendo
En ese momento miré la hora para disimular. Entonces me di cuenta de que.. ¡Ya había pasado media hora! y aún no funcionaba el ascensor, Emma me venía a recoger en media hora, y en media hora no me daba tiempo a comprar las cosas. Fijo que me retrasaría. ¿Qué iba a hacer?
Autora: Maria, SEGUIRLA EN TWITTER(
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