CAPÍTULO 1.
¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Maldito cabrón! Y encima está lloviendo. No podía ir peor. Llorando, con todo el maquillaje corrido por la cara. Soy una imbécil, ¿Cómo no lo pude ver antes?
Os estaréis preguntando porque estoy así. Pues veréis, es mi novio, bueno, mi exnovio, porque no le quiero volver a ver en el vida. Estaba en su casa, en su habitación, él se fue al baño pero se dejó Facebook abierto. Estos últimos días ha estado muy raro, así que cotilleé un poco en sus chats, y sí, me estaba engañando con otra. Siempre me decía “hasta el infinito”, ahora me doy cuenta que hasta la misma palabra ‘infinito’ contiene la palabra ‘fin’. Me largué de allí, él solo pudo ver que cerré la puerta con fuerza y que me dejé el chat abierto. He salido de su casa llorando, su madre me ha visto salir, me ha preguntado que qué me pasa y no le he contestado, simplemente quería salir de esa casa para no volver. Esta es la segunda vez que lo hace. La primera le perdoné, porque todo el mundo se equivoca alguna vez, pero esta.. esta ya no.
Lloviendo, no llevo paraguas. Llego a casa empapada, mi pelo largo y castaño chorreando. Mis ojos verdes, se vuelven más claros con el agua de las lágrimas y el rastro del rímel recorriendo mis mejillas. Del aro plateado que tenía en la nariz me iban cayendo pequeñas gotas del agua de las lágrimas y el tatuaje de ‘Stay’ en una muñeca y ‘Strong’ en otra tenía algunas gotas de agua por encima.
- Cariño, ¿Qué te ha pasado? – Me dice mi madre acercándose cuando entro por la puerta.
- Nada mamá, nada. – digo pasando de largo subiendo las escaleras. Mi madre sube detrás de mí.
- A mi no me engañas. Dímelo, hija. – rompo a llorar, más, girando mi cara y mi rostro hacia mi madre, bajando las escaleras para poder abrazarla.
Vamos hacia el salón y allí se lo explico todo.
- ¿Cómo? ¿Qué Alberto ha hecho qué? – mi madre se ha puesto histérica – Pensé que era un buen chico, pero veo que no. No te preocupes, mi vida, aún tienes toda una vida por delante y chicos que valen la pena por conocer.
- Ahora solo quiero estar sola, mamá.
- Como quieras, buenas noches. Descansa mi vida.
- Igualmente mamá, y gracias por todo. – me levanto, le doy un abrazo y un beso en la mejilla.
Acto seguido subo las escaleras dirigiéndome a mi habitación. Desde el interior puedo oír a mi hermana. “¿Qué le pasa?” le pregunta a mi madre. Mi madre supongo que se lo habrá contado todo.
Me siento realmente mal. Nunca pensé que pudiera volver a hacerlo. Pensé que me quería. Quiero que salga de mi vida, no lo quiero volver a ver. Lo odio. Con todas mis fuerzas. Me ha hecho mucho daño y en un momento creo que he pasado del ‘amor’ al ‘odio’. Creo que ahora, después de saber esto, me da mucho igual él y su vida. Me da asco, saber que me he estado comiendo las babas de otra. ¡Será asqueroso! Por suerte o por desgracia, mañana cojo un avión para irme a otra ciudad, otro país, para no volver.
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